DESPROGRAMANDO EL
SOBREPESO desde la
BioNeuroEmoción
La obesidad, el exceso de peso, incluso ese sobrepeso de
algunos kilitos que se nos ponen y se instalan, es una “expresión externa” que
nos está dando un mensaje para que miremos en la “causa”, que está dentro de
nosotros.
Funciona como cualquier enfermedad, tanto si es un cáncer,
como si es una gripe, o tenemos tos, o si nos torcemos el tobillo, o nos duelen
las lumbares, el exceso de peso es también el efecto que se manifiesta en
nuestro cuerpo, de una emoción que no hemos exteriorizado y que el inconsciente
biológico toma como urgente solución.
Debemos buscar los conflictos que originan el sobrepeso. Hoy
veremos los programas desencadenantes que se dan ahora, en nuestra edad
cronológica. Dejaremos para otra nota la búsqueda de los programas
estructurantes en el Proyecto Sentido y en el estudio del Transgeneracional.
Para la
BioNeuroEmoción cuando hay una acumulación excesiva de grasa,
nos debemos preguntar en qué situaciones específicas no nos hemos sentido con
suficiente estructura. Porque la grasa tiene la función de amortiguar, proteger
y mantener en su lugar los órganos internos, es decir sujetarlos dentro de una
estructura.
Veremos 5 Conflictos
1.- Conflicto de abandono: En la naturaleza
cuando se es abandonado, no se tiene
defensa y esto puede significar la muerte. Para sobrevivir la única
opción es alimentarse y almacenar la mayor cantidad posible de alimento para
hacerse grande, porque hay que imponerse al adversario para atemorizarlo.
2.- Conflicto de silueta: Cuando se
establece un sobrepeso, aparece un subprograma de desvalorización estética.
Cuando una persona desea por encima de todo adelgazar espera que todo lo que
haga produzca un resultado inmediato, lo que hace que mantenga vivo el conflicto.
Además, la dieta no es comprendida por el inconsciente biológico que interpreta
que hay peligro por falta de alimento y esto hace que se aumenten las reservas
para evitar perder peso y se retiene líquidos. Y así se reprograma continuamente, es el conflicto mas
duro de deshacer.
3.- Conflicto de carencia indigesta: Está
relacionado con la falta de alimento materno, tanto real (falta de lactancia)
como simbólico (falta de afecto de la madre). El vínculo entre la madre y el
niño es vital para el correcto desarrollo del bebé. En la alimentación natural,
la cantidad consumida es determinada por el niño, cuando es alimentado por
mamadera, se le estimula para ingerir hasta la última gota. También cuando hay
un destete prematuro o brusco provoca la pérdida del alimento mas nutritivo y
el contacto con la madre y el bebé lo puede vivir como un abandono.
4.- Conflicto de identidad: No tener lugar
en la familia o en el clan, porque no es del sexo deseado o porque la madre se
queda embarazada para solucionar algún síntoma.
5.- Conflicto de las grasas: La grasa
proporciona resistencia al frío y mantiene el calor. Por tanto, nos protege de
las “relaciones frías” y evita la “pérdida de calor humano” y de “contactos
peligrosos”. Y como la grasa almacena una gran cantidad de células madres que
pueden convertirse en hueso, cartílago y músculos, se entiende como que nos
puede proporcionar la estructura necesaria que sentimos que nos falta.
Existen otros factores a tener en cuenta, como la obesidad
derivada de una alteración glandular, bloqueos personales, factores
metabólicos, etc.
Y como hemos dicho al principio, buscaremos también en el
árbol genealógico los programas estructurantes.
Todo esto será tema para un próximo número.
(Parte de esta nota es un extracto del Tratado de
BioNeuroEmoción de Enric Corbera)
Graciela A.
Quattrocchi- Especialista en BNE
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